El pasado día 15 de noviembre
representantes del Congreso de los Diputados firmaron un convenio con las
asociaciones ONCE, CNSE y FIAPAS para la eliminación de barreras sensoriales en
esta Cámara legislativa. El convenio pretende mejorar la difusión de los
trabajos y de la documentación del Congreso, es decir, la mejora en la
accesibilidad sensorial. Una de las primeras actividades que se proponen
realizar es la edición en Braille de una publicación sobre el Congreso de los
Diputados que estará disponible al público los días 3 y 4 de diciembre durante
las jornadas de puertas abiertas. Además, este convenio tendrá una
comisión del seguimiento que se reunirá al menos una vez al año para evaluar
las actividades realizadas.
No está de más recordar, al hilo
de esta noticia, que la accesibilidad a la información es uno de los derechos
que se encuentran recogidos en el artículo 9 de la Convención sobre Derechos de
las Personas con Discapacidad de 2006.
En nuestro país existe una
abundante normativa, tanto estatal como autonómica, que reconoce a los ciudadanos
la accesibilidad universal, tanto física como sensorial. Este es uno de los
principios de la Ley 51/2003, de 2 de diciembre, de igualdad de oportunidades,
no discriminación y accesibilidad universal de las personas con discapacidad y
cuya definición legal pasamos a recordar: “Accesibilidad universal: la
condición que deben cumplir los entornos, procesos, bienes, productos y
servicios, así como los objetos o instrumentos, herramientas y dispositivos,
para ser comprensibles, utilizables y practicables para todas las personas en
condiciones de seguridad y comodidad y de la forma más autónoma y natural
posible. Presupone la estrategia “diseño para todos” y se entiende sin
perjuicio de los ajustes razonables que deban realizarse.”
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